¿Te suena la expresión: por arte de magia?
Esta semana he aprendido que nada aparece por arte de magia y que en fondo somos como el bambú.
¿Qué?
Vale, empiezo desde el principio antes de que llames al manicomio.
Érase una vez…
Elige la vida. Elige un empleo. Elige una carrera. Elige una familia. Elige un televisor grande que te cagas. Elige lavadoras, coches, equipos de compact disc y abrelatas eléctricos. Elige la salud, colesterol bajo y seguros dentales. Elige pagar hipotecas a interés fijo… Elige tu futuro…
Mark Renton, Trainspotting
Cuándo salí de la uni pensaba que me iba a comer el mundo: 7 idiomas, don de gentes, amigos… y no me iba nada mal…
Pero me faltaba algo.
Algo no iba bien. Estaba cansada de pasar más tiempo en los aeropuertos por trabajo que por placer. Estaba triste, quemada y cabreada.
Tenía claro que quería montar mi propio negocio pero una vocecilla en mi interior no paraba de repetir: ¿Y si no eres capaz? ¿Y si no se te ocurre ninguna idea? ¿Y si la idea no funciona?
Mi neurona se pasaba el día esquivando y-sis y peros.
Un martes cualquiera mi amiga Cutia me pidió que le revisara un post de facebook. OK, eso no es tan raro, pero sí hubo algo muuuy raro en la respuesta de su socia: “Me encanta, se nota que tu amiga sabe de copywriting”…

Así que entré en Google para ver qué narices era eso del copywriting y, bueno, me enteré más o menos de lo que iba pero tampoco demasiado.
Ms Google, que todo lo ve, hizo su trabajo y el copy empezó a perseguirme. De repente algo llamó mi atención.
El Training…
Un tal Javier Pastor estaba anunciando un training gratuito de copywriting y, como buena cotilla que soy, me apunté. Así, fácil, un clic y ya estaba dentro.
Pensaba que sería algo corto y básico (lo gratis suele serlo, ¿no?).
¡No podía estar más equivocada!
El training que en teoría duraba una hora casi siempre se convertía en 2 horas llenas de contenido. Javi y el resto del equipo estaban on fire y no dejaban ninguna duda por resolver. Su paciencia infinita y sus ganas de compartir el copy con sus pequeños padawans (nosotros) me cautivaron.
Pero lo más surrealista es que Javi nos ponía deberes. Sí, un curso gratis en el que te ponen deberes y ¡te los corrigen!. Y claro, como me gusta más un reto que a un tonto un lápiz, puse a seguirle el rollo al gaditano este tan gracioso.
Y me enganché.
Me enganché tanto que acabé el training y me inscribí al curso.
El copywriting, el bambú y yo
Gracias al curso encontré el valor y la motivación para independizarme laboralmente. Los peros y los y-sis seguían apareciendo pero ahora sentía que al tirarme al vacío tenía alas, asientos cómodos y un buen paquete de cacahuetes
Adopta un Copywriter no te enseña solo aprender a escribir, es mucho más, te enseña a crear pautas para poder vivir de escribir.
Vale pero… ¿Y el bambú?

El bambú es lo que ha conseguido callar esa vocecilla que me paralizaba y que me ahogaba.
La semilla del bambú japonés prepara sus raíces durante 7 años antes de brotar. No brota por arte de magia, brota cuando está preparada. Cuando sus raíces están listas para afrontar cualquier tormenta.
Nuestras raíces son todas las cosas que aprendemos y las personas que nos rodean (las que nos quieren claro, las otras son malas hierbas y punto).
Claro que he tenido dudas e inseguridades pero mi Super Tutora siempre acudía al rescate: Ante el síndrome del impostor no pienses, haz ¡Derriba a esa impostora!
Y eso es lo que he hecho. ¡Echarle un par de raíces!
PD: Si al final decides apuntarte al curso con este link y te enganchas como yo, envíame un correo y te regalo una horita para ayudarte con las dudas que puedas tener.
Genial el post Cinzia, me ha gustado mucho tu estilo directo. De hecho es tal cual eres tú. He tenido la sensación de que me lo estabas contando en persona.
Tomaste una gran decisión porque ya eres una gran copy.
Muchas gracias Elena, aix que me vas a sacar los colores! Me alegro mucho de que te haya gustado 🙂